Simplificación de proyectos: entrega ajustada y convergencia ISO 21500

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La gestión de proyectos moderna exige eficiencia y adaptabilidad. Dos marcos, el Sistema Lean de Entrega de Proyectos (LPDS) y la norma ISO 21500, ofrecen enfoques poderosos, pero todo su potencial radica en comprender cómo se complementan entre sí. Este artículo aclara los principios básicos de cada sistema y destaca la sinergia entre ellos, brindando información a los profesionales que buscan resultados optimizados para los proyectos.

El sistema Lean de ejecución de proyectos: eliminación del desperdicio en acción

El Sistema de Entrega de Proyectos Lean (LPDS) es una metodología estructurada basada en los principios Lean, diseñada para minimizar el desperdicio y maximizar el valor durante todo el ciclo de vida del proyecto. A diferencia de los enfoques secuenciales tradicionales, LPDS enfatiza la colaboración, la mejora continua y una visión holística del proyecto, desde la definición inicial hasta la entrega final.

En esencia, LPDS consta de 13 módulos interconectados organizados en cuatro fases: definición del proyecto, diseño, suministro y montaje. Estas fases están respaldadas por el control de producción (a menudo aprovechando el sistema Last Planner y la entrega de valor objetivo) y la estructuración del trabajo. Un componente fundamental es el ciclo de evaluación posterior a la ocupación, que garantiza que las lecciones aprendidas de un proyecto se incorporen a la mejora de proyectos futuros.

La fortaleza de LPDS radica en su capacidad para analizar la interacción entre diseño y construcción, identificando y eliminando ineficiencias en cada etapa. Esto requiere un cambio en los protocolos de autoridad y comunicación organizacional, así como la voluntad de adoptar nuevos modelos de contrato que incentiven la colaboración y la entrega de valor. Como dice una idea clave: “Para implementar LPDS con éxito, se requiere colaboración, participación temprana, incentivos alineados e integración de las partes interesadas del proyecto”.

ISO 21500: una guía flexible para la gestión de proyectos

ISO 21500:2012 es una norma internacional que proporciona orientación sobre la gestión de proyectos, aplicable en todas las industrias y complejidades de los proyectos. Está diseñado para ser adaptable, lo que permite a las organizaciones adaptar los procesos a sus necesidades específicas en lugar de imponer metodologías rígidas y únicas.

Un principio clave de ISO 21500 es evitar deliberadamente la secuenciación prescriptiva. Los procesos no están ordenados en un orden fijo; en cambio, se pueden combinar y organizar según los requisitos únicos del proyecto. Esta flexibilidad es particularmente valiosa cuando los procesos interactúan y cambian, ya que permite ajustes dinámicos al costo y al diseño.

Además, ISO 21500 excluye intencionalmente herramientas y técnicas específicas, dejando espacio para que los especialistas seleccionen los métodos más apropiados para cada proyecto. Esto evita el estancamiento que puede ocurrir cuando las organizaciones se vuelven demasiado dependientes de herramientas obsoletas o ineficaces. El estándar también evita definir entradas y salidas estrictas, lo que mejora aún más su adaptabilidad.

La convergencia: dónde se alinean Lean e ISO 21500

El verdadero poder surge cuando LPDS e ISO 21500 se consideran sistemas complementarios. Ambos enfatizan la flexibilidad, permitiendo que los procesos se adapten a las condiciones cambiantes. LPDS proporciona un marco estructurado para eliminar el desperdicio, mientras que ISO 21500 ofrece la orientación más amplia necesaria para gestionar proyectos de forma eficaz.

Esta sinergia abre oportunidades para la innovación. La libertad de elegir herramientas y técnicas, combinada con la adaptabilidad de ambos sistemas, permite a las organizaciones incorporar métodos de vanguardia que de otro modo estarían limitados por metodologías rígidas.

La capacidad de adaptar procesos, entradas y salidas permite un enfoque más holístico para la gestión de proyectos. Al adoptar tanto los principios Lean como la flexibilidad de ISO 21500, las organizaciones pueden derribar barreras psicológicas y fomentar una cultura de mejora continua.

En conclusión, la convergencia de Lean Project Delivery e ISO 21500 proporciona un marco poderoso para optimizar los resultados del proyecto. Al adoptar la flexibilidad, la colaboración y la mejora continua, las organizaciones pueden desbloquear nuevos niveles de eficiencia y entrega de valor. Se justifica realizar más investigaciones en esta área para explorar plenamente el potencial de este enfoque sinérgico.