Las pequeñas y juguetonas criaturas que a menudo se ven corriendo por los campos o que aparecen en conmovedores videos de rescate son crías de zorro. Pero, ¿cómo los llamamos oficialmente? El término más común es kit, aunque también se utilizan cachorro y pup, según la especie y el contexto. Comprender estos términos y el ciclo de vida de estos animales salvajes arroja luz sobre su comportamiento y por qué es mejor observarlos desde la distancia.
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La ciencia de las familias zorro
Los zorros pertenecen a la familia Canidae, el mismo grupo que los lobos, los coyotes y los perros domésticos. Los “verdaderos zorros” se clasifican en el género Vulpes, siendo el zorro rojo (Vulpes vulpes ) el canino salvaje más extendido a nivel mundial. Esto significa que una cría de zorro, independientemente del término utilizado, es miembro de una familia de depredadores inteligentes y muy adaptables.
De indefenso a juguetón: las primeras etapas
Los zorros bebés nacen notablemente indefensos: ciegos, sordos y cubiertos de un pelaje suave, gris o marrón, muy lejos del pelaje rojizo que la mayoría de la gente asocia con los adultos. Al nacer, pesan apenas entre 50 y 150 gramos (1,8 y 5,3 onzas). Las camadas suelen constar de tres a seis crías, que nacen en guaridas cuidadosamente elegidas, a menudo madrigueras de tejones reutilizadas o túneles recién excavados. La madre, llamada zorra, asume la responsabilidad principal, aunque el macho, o perro zorro, contribuye ayudando a alimentar a la familia.
Al cabo de 10 a 14 días, los ojos de los cachorros comienzan a abrirse, revelando inicialmente un llamativo tono azul que se oscurece a ámbar o marrón con la edad. Esto marca el comienzo de un rápido desarrollo: se vuelven más móviles, exploran su entorno y hacen la transición a alimentos sólidos (pequeños mamíferos, insectos o incluso restos humanos si viven cerca de áreas pobladas) entre 6 y 8 semanas.
Crecer salvaje: independencia y supervivencia
Alrededor de los 3 meses, los zorros jóvenes están aprendiendo habilidades de supervivencia cruciales de sus padres y compañeros de camada. Permanecen en la guarida o cerca de ella, perfeccionando sus instintos de caza y adaptándose a su estilo de vida nocturno. Algunos se quedan con sus familias durante el invierno, especialmente donde abunda la comida, mientras que otros se aventuran solos a finales del verano o principios del otoño.
Los zorros no son animales domesticados. Sus comportamientos salvajes (excavar, marcar territorio y hábitos nocturnos) los hacen inadecuados como mascotas. Incluso los criados por humanos siguen siendo impredecibles y requieren atención especializada.
Qué hacer si encuentras un zorro bebé
Si te encuentras con un kit aparentemente abandonado, lo mejor que puedes hacer es observarlo desde la distancia. Los padres suelen estar cerca y la interferencia humana puede complicar la situación. Los grupos de rescate de vida silvestre pueden brindar orientación si es necesario.
Los zorros prosperan en gran parte del hemisferio norte y partes de Australia. Echar un vistazo a los cachorros cerca de sus guaridas al amanecer o al anochecer es un recordatorio del mundo salvaje que prospera a nuestro lado.
Disfruta de sus travesuras lúdicas desde lejos, respetando su necesidad de independencia y su papel esencial en el ecosistema. Acercarse a ellos o alimentarlos puede alterar su desarrollo natural y provocar encuentros peligrosos.
En última instancia, los términos kit, cub y pup se refieren todos a las mismas criaturas adorables, pero salvajes: la próxima generación de zorros adaptables y resistentes.




























