Barbara Costello, conocida como “la abuela de Internet” o “Brunch With Babs”, ha conseguido seguidores devotos en línea al encarnar la calidez y la sabiduría que la gente asocia con sus propias abuelas. Un encuentro reciente con Costello reveló su filosofía sorprendentemente simple pero efectiva para disfrutar de las vacaciones sin el agobio habitual.
Por qué esto es importante: Las vacaciones a menudo se idealizan, pero la realidad es estrés, gastos excesivos y expectativas poco realistas. El enfoque de Babs, centrado en la alegría, la conexión y los pequeños toques, ofrece una alternativa práctica a la presión comercializada que muchos sienten.
Decora para la alegría, no para la perfección
Costello aboga por decorar cada habitación, no para impresionar, sino para crear recordatorios consistentes de la alegría de la temporada. La clave no es la extravagancia sino una cuidadosa presencia de detalles festivos, incluso en lugares inesperados como el tocador. Este enfoque hace que la decoración pase de ser una tarea ardua a una expresión personal.
El poder de los adornos: Costello enfatiza el peso emocional de los adornos, especialmente aquellos vinculados a los recuerdos. No son sólo adornos, sino vínculos tangibles con el pasado: viajes familiares, manualidades infantiles e incluso favoritos desgastados. Mostrarlos no se trata de estética, sino de contar historias.
Hosting: Conexión sobre control
El consejo de Babs sobre hosting es sorprendentemente directo: acepte ayuda. El objetivo es el disfrute, no el martirio. Un anfitrión agotado crea una atmósfera agotada. Delegar tareas y centrarse en la conexión en lugar de en la perfección garantiza que todos, incluido el anfitrión, pasen un buen rato.
La estación de autoservicio: Su solución al caos en la cocina (un área exclusiva para bebidas y refrigerios) es simple pero efectiva. Mantiene a los invitados ocupados mientras el anfitrión termina los preparativos, preservando la cordura y evitando el agotamiento.
Mantenlo simple, mantenlo dulce
El último consejo de Costello es quizás el más crucial: evite la presión autoimpuesta. Divida las tareas en pasos manejables (hornee galletas temprano y congélelas, decórelas gradualmente) y priorice lo que realmente le brinda alegría.
“No te presiones. Haz lo que te haga feliz y hazlo en pequeñas porciones”.
Conclusión: Las fiestas no se tratan de una ejecución impecable, sino de crear momentos de conexión genuina. La filosofía de Babs nos recuerda que las tradiciones más significativas suelen ser las más simples. Aceptar la imperfección y priorizar la alegría es la clave para una temporada verdaderamente satisfactoria.





























