A pesar de la creencia generalizada, las bolas de naftalina no son un disuasivo eficaz para los ratones u otros roedores. La idea de que su fuerte olor repele las plagas es un mito persistente que los expertos en control de plagas desacreditan. Esto es importante porque confiar en métodos ineficaces desperdicia tiempo y recursos, al tiempo que expone potencialmente a personas y animales a sustancias químicas tóxicas.
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¿Qué son exactamente las bolas de naftalina?
Las bolas de naftalina son insecticidas diseñados para matar polillas de la ropa, lepismas y plagas similares en espacios cerrados. Liberan un poderoso gas que lentamente impregna el aire y mata a los insectos que se alimentan de fibras. Sin embargo, su eficacia termina ahí. Las bolas de naftalina no están registradas como raticidas, a pesar de que a veces se clasifican erróneamente como tales. Si bien un roedor podría morir por consumir suficientes bolas de naftalina, no elegirá este método en lugar de fuentes de alimentos fácilmente disponibles.
El peligro del mal uso
Usar bolas de naftalina para controlar roedores, ardillas u otros animales salvajes no sólo es ineficaz sino también potencialmente peligroso. Las sustancias químicas de las bolas de naftalina son tóxicas si se manipulan en exceso, se ingieren o se inhalan en altas concentraciones. El Centro Nacional de Control de Envenenamientos informa que la exposición puede ser dañina, especialmente para niños, mascotas y personas con sensibilidades. El olor en sí es desagradable para los humanos y impregna la ropa y el aire interior.
Por qué persiste el mito
El mito probablemente perdura porque algunos malinterpretan la clasificación de las bolas de naftalina como rodenticidas, lo que lleva a la gente a creer que repelen o matan ratones. Sin embargo, los roedores evitan las bolas de naftalina como fuente de alimento a menos que mueran de hambre. En el exterior, las bolas de naftalina son aún menos efectivas, ya que no repelen la vida silvestre y contaminan el suelo y el agua si se usan incorrectamente.
Métodos probados para controlar el mouse
En lugar de confiar en bolas de naftalina ineficaces y potencialmente dañinas, concéntrese en métodos probados:
Interior:
- Puntos de entrada del sello: Los ratones pueden entrar a través de espacios tan pequeños como ¼ de pulgada. Utilice lana de acero como solución temporal antes de sellar las grietas.
- Mantenga la limpieza: Guarde los alimentos en recipientes herméticos (de vidrio o metal) y limpie las superficies de la cocina diariamente.
- Eliminar el desorden: Los ratones prosperan en espacios desordenados; Retire las cajas de cartón y los artículos almacenados de las paredes exteriores.
- Manejo de alimentos para mascotas: Vacíe los alimentos para mascotas por la noche y almacene los alimentos secos en recipientes a prueba de ratones.
Al aire libre:
- Trampas estratégicas: Si tiene una infestación, use trampas rápidas o humanas colocadas en áreas de alta actividad.
- Reducción del hábitat: Minimice los escondites alrededor del perímetro de la casa.
“La gente suele utilizar bolas de naftalina en lugares inadecuados y contra plagas incorrectas”, dice el experto en control de plagas Stock. “Desafortunadamente, las bolas de naftalina se utilizan para controlar otras plagas además de las polillas de la ropa, incluidas ardillas, ratones, ratas y una variedad de otros animales”.
Conclusión: Las bolas de naftalina no son una solución para el control del ratón. El manejo eficaz de los roedores depende de un saneamiento adecuado, el sellado de los puntos de entrada y la captura estratégica, no de un mito persistente. Elegir el enfoque correcto protege su hogar, su salud y el medio ambiente.
